dimarts, 28 de juliol del 2009

La victoria de la autoexigencia

Hay dos términos que se han repetido hasta la saciedad en los últimos años para definir los vaivenes deportivos del Barça. Después de la Champions de 2006 y el fracasinho del año siguiente, se habló de 'autocomplacencia'. Este año, en cambio, ha sido el del triplete de la 'persistencia'.

En la segunda vuelta del año pasado, tras ganar contra pronóstico la liga regular ante el potente Prosikitos Team, Mangecster cayó en la autocomplacencia y se arrastró por los campos durante la segunda vuelta, exceptuando alguna victoria para la honra. Esta temporada, tras arrasar en la primera fase, el equipo siguió mostrando la buena línea en la primera vuelta de la fase decisiva, pero entre las lesiones de jugadores importantes como Morancho, Ventanilla y Queco y los compromisos internacionales de Pelut y Borja, Mangecster se hundió hasta el cuarto puesto, a ocho puntos del líder, aunque con tres partidos menos. Y aun así, el equipo persistió.

El resurgir

Quedaban cuatro partidos. Había que ganarlos y esperar que los resultados entre los otros equipos que aspiraban al título nos favorecieran. La segunda premisa se cumplió cuando a Mangecster le faltaban tres partidos por jugar: nueve puntos en juego y siete de desventaja con Safa. Aun así, las perspectivas no eran halagüeñas: tres partidos en una semana con Morancho, Tabares y Ventanilla recién recuperados de sus respectivas lesiones, Queco de baja, Pelut y Borja en Cuba y Fuentes de luna de miel.

16/07/2009. Mangecster 7 - Bunker 3

La primera de las finales, contra el colista, era el más fácil. Queco reapareció, aunque ni a la mitad de sus facultades. Afortunadamente, al equipo le bastó con la sobriedad defensiva y la efectividad de Ventanilla para ganar sin problemas. A destacar los golazos de Ventanilla y Morancho, sendos obuses de volea que quitaron las telarañas de la escuadra rival.

20/07/ 2009. Kempo 2 - Mangecster 5

La prueba de fuego: Kempo. En el partido de ida, les habíamos ganado bajo un manto de agua, en un ejercicio de adaptación al medio, oficio y entrega. Ubicados en la parte alta de la clasificación, el rival nos superaba en fortaleza física, pero también en desorden. Queco, ya casi recuperado de sus molestias, tomó las riendas del equipo con un hat-trick en la primera parte que encarrilló la victoria.

A la media parte, 3-1 y el partido por decidir. La seguridad defensiva y un golazo de Tabares, puntapié por la escuadra, les hundió moralmente. Con el partido decidido, un desatadoTabares intentó una frivolité: vaselina con efecto al palo que no cubría el portero, que, de haber entrado, nos habría obligado a llevar al señor delegado de urgencias a la Vall d'Hebron. Eso sí, con medio título a la butxaca.

23/07/ 2009. All Blacks 3 - Mangecster 13

Con un empate bastaba para conseguir el heptacampeonato, el quinto título liguero en las últimas seis ligas regulares en las que hemos participado. Poca broma. Además, y por vez primera, aspirábamos a la máxima distinción de la competición: el campeonato de la liga de División de Honor, donde ni uno solo de los rivales tenía un nivel mediocre. Todos eran buenos o muy buenos: Safa, donde todos los jugadores, sin distinción, la tocaban; Magnum, una especie selección de de tres de los equipos más laureados de BcnDeportiva; Kempo, fuertes y competitivos; o los propios All Blacks, con un tipo en el centro del campo que parecía sacado del Pro-Evolution Soccer y otro que tenía un cañón en el pie derecho.

Nos presentábamos con las bajas de Pelut, Borja, Fuentes y Jaume. Ni por esas. Antes de los diez minutos de partido, Queco se encargó de demostrar que Mangecster no conoce la autocomplacencia. Nada más empezar, un chute con marchamo de gol fue torpemente desviado por Tabares, tal vez ansioso de monopolizar la gloria después de su exhibición en el partido contra Kempo. A la siguiente jugada, sin Tabares por medio, chute cruzado y 1-0. Cinco minutos después, balón recibido por la izquierda, amague y chute ajustado al palo corto: 2-0. Sin dar tiempo a respirar, combinación con Ventanilla y punterazo ajustado al otro palo: 3-0. All Blacks, como su nombre indica, lo veía todo negro.

El del cañoncito puso el 3-1, que duró lo que una china de hachís a la puerta de un colegio. Jugada personal de Queco y asistencia a Tabares para que la empuje: 4-1; robo en el centro del campo y cañonazo por toda la escuadra, 5-1; doble pared y chut con la puntera que, desviado con fortuna por la defensa, engaña al portero: 6-1. El bombardeo de Nasagaki fue más llevadero que la hostigación a la que sometimos al rival.

Con el partido prácticamente sentenciado, Mangecster se dedicó a vivir de rentas, y aun aumentarlas, en el segundo tiempo. Queco, a compartir honores: otra asistencia a Tabares (sin rencor) un tuya-mía con Morancho y un par de golitos más, uno de ellos con la ya clásica romarinha, punterazo a la esquina que no cubre el portero. Tabares y Morancho, y hasta Bertran, se unieron a la fiesta con tres goles más. Nótese que no he nombrado a pichichi Ventanilla: no, no mojó. Por una vez y sin que sirva de precedente, jugó más para el equipo que para sí mismo.

Al final, el equipo cantó CAMPEONES y el cava inundó el vestuario...



1x1

Javi Kaiser: ABURRIDO. Pobre, no va a venir más. Después de sus amargas quejas por lo poco que tuvo que intervenir en los dos partidos anteriores, la defensa de Mangecster tuvo un detalle con él y se abrió cual los mares ante Moisés para que el chaval tuviera ocasión de mostrar sus reflejos.

Morancho: DESENFRENADO. Su próxima paternidad le ha creado un estado de estrés que solo gracias a Mangecster ha podido esquivar. Lo ha hecho base de chupinazos: si bien la mayor parte de sus disparos siguen la senda de los del yernísimo Angoy cuando jugaba en los Dragons, justo es destacar los dos golazos ante Bunker y All Blacks, que hubiera firmado el mismísimo Ronald Koeman. Un año más, cinco kilos más, un valladar en defensa y un desatascador en ataque, firmando esta temporada su récord goleador.

Bertran: CRECIDO. El que en sus primeros partidos con Mangecster mostró la peor versión de Oleguer es hoy la cara mejorada de Puyol: firme y rápido en defensa, pegajoso en la marca y con arrestos para subir al ataque, a veces con la suerte de contribuir con goles. Pero lo mejor de él y lo que le diferencia de todos los demás es que siempre está metido al 100% en los partidos. Solo se va a la Luna de Valencia cuando comete una gran cagada, cada vez menos frecuente, pero con un par de gritos vuelve a la Tierra. Grandísima temporada la suya.

Rabassó: SOBRIO. No es fácil integrarse en un equipo ganador cuando en tu primera intervención te vas solo por banda en busca de un pase largo y, sin oposición alguna en cinco metros a la redonda, caes de bruces al más puro estilo mujer torpe participando en la prueba de las zamburguesas de Humor Amarillo. Es duro. Ni Oleguer Presas se vio en éstas. Por eso es más meritorio si cabe levantarse y dar la cara.

Tabares: RESOLUTIVO. Intermitente, como de costumbre, pero más efectivo que nunca. Sus arrebatos de geniliadad han superado en esta recta final del campeonato a sus cada vez menos frecuentes travesías en el desierto de la mediocridad. Su golazo ante Kempo y el hat-trick ante All Blacks paliaron la ausencia transitoria de Ventagol.

Julián: SERENO. En su primera temporada completa con Mangecster, ha aportado el equilibrio (he estado tentado de utilizar la palabra veteranía pero no lo he hecho...¡ups!) que el equipo echaba en faltan en algunos partidos. Además, su versatilidad nos solucionado problemas tanto en defensa como en ataque, y de vez en cuando hasta ha marcado goles pese a que, como diría mi padre, chutando a puerta tiene menos fuerza que el peo de un maricón.

Queco: EJECUTOR. Tres goles y dos asistencias en el decisivo partido ante Kempo; siete goles y tres asistencias en la finalísima ante All Blacks. Todo eso, en plena fase de rehabilitación de sus maltrechos isquiotibiales. 'No hase falta desir nada más'. Si acaso, que hable la voz de la sabiduría y la experiencia:



Ventanilla: GENEROSO.
Otro al que le sienta bien la paternidad. Aunque en el tramo decisivo del campeonato no goleó como en él es habitual, su contribución al equipo fue aun mayor de la acostumbrada. Su presión arriba ayudó al centro del campo en el quite e incluso por alguna pirueta del azar, se le vio retrasar varios balones para que el compañero que venía de cara en mejor posición que él finalizase la jugada.

dimarts, 7 d’abril del 2009

Queen's Park Mangecster

A estas alturas, a Mangecster le queda muy poquito que demostrar en el campeonato BCN Deportiva: cinco veces campeones de Liga, varios trofeos 'Pichichi', dos 'Zamora' y equipo máximo goleador de su grupo en prácticamente todas la Ligas disputadas.

Este año hemos mejorado si cabe nuestros registros: campeones de la primera fase con nueve puntos de diferencia sobre el segundo, el nada desdeñable 'Escurçó Negre'; 14 victorias y una sola derrota en en 16 partidos disputados; 113 goles a favor (7 por partido) por 48 en contra ('Zamora' para Pelut); y por si fuera poco, 2 de los 4 mejores goleadores del torneo (servidor de ustedes, con 33 tantos, y Ventanilla, con 29).

Me detengo a analizar brevemente los dos últimos partidos de la primera fase. A falta de una jornada nos proclamamos campeones al vencer en un partido bronco a CSK (8-5). Poco que contar: inicio malo, varios goles en contra en la primera parte y remontada a trancas y barrancas en la segunda. Discusiones en el campo y cava de 15 euros la botella en el vestuario. Para que os hagáis una idea del nivel...


Mangecster 9- Escurçó Negre 6


El último partido de la primera fase tuvo mucha más historia. Nos enfrentábamos a Escurçó Negre, un buen equipo contra el que las hemos tenido de todos los colores: al principio nos ganaban, después la cosa se equilibró y ahora no nos meten mano ni con las cinco copas que llevamos en el cuerpo (el lector avispado captará el doble sentido de la oración).

El partido presentaba todos los impedimentos posibles para Mangecster: la relajación de saberse campeón, la ausencia de Morancho, la enésima espantá de Fuentes, etc. No obstante, Escurçó cometió un error fatal: no nos hicieron el pasillo. Y no hay cosa que más reviente a un equipo campeón que un golpe en su orgullo. ¿Esas tenemos? Pues vamos a verlo...

Ellos vinieron con refuerzos de su equipo filial, el Magnum: uno era el moreno que se cree bueno y que va de chungo... lástima que no sólo no me la quita ni de rebote sino que además siempre acaba recibiendo estopa; y el otro colega suyo, el típico posturitas /chulo-piscinas/ pixa freda que sólo sabe hacer florituras en su propio campo que no sirven para nada. Ninguno de los dos le mete un gol al arco iris. Pamplinas. Bueno, a lo que iba, que me pierdo... Nosotros, por contra, éramos siete justos. Suficiente para realizar uno de los mejores partidos de la historia de Mangecster.

Fue un match vibrante desde el inicio, con Mangecster siempre por delante. Primero con un gol de Queco a puerta vacía tras driblar a medio equipo rival, al portero, al delegado federativo, al jardinero y hasta al que marca las líneas de cal. Nos empataron, pero Julián hizo el segundo con un chute ajustadísimo...al palo opuesto al que apuntó. Toda la primera parte fue un toma y daca, pero nos fuimos con uno o dos arriba, no recuerdo bien.

La segunda mitad fue de quite y aguante, que dicen los argentinos. Queco fingió un problema muscular para permutar su posición con Ventanilla y asegurarse así el pichichi, como acabaría ocurriendo. Ellos lo intentaron con todo pero no pudieron con la infranqueable defensa de Mangecster, que además se permitió el lujo de culminar la victoria con una jugada de tiralíneas que el diligente central Figuera empujó a las redes.


La segunda fase

Retos nuevos en la fase final. La mayoría de nuestros rivales son desconocidos..., aunque dos de ellos ya nos conocen a nosotros porque nos los hemos pasado por la piedra en las dos primeras jornadas. El debut contra 'Xut Cibernètic' fue plácido: 8-3, con hat-tricks de Bogdan y Ventanilla y venga, para casa calentitos.

El partido de la segunda jornada fue otro cantar: en concreto, cantar bajo la lluvia ante el equipo campeón del grupo con el que nos cruzamos en esta segunda fase: el Kempo, con dos tipos por encima de los 30 goles y registros goleadores similares a los nuestros.

El primero que cantó fue Pelut, que como viene siendo habitual regaló el primer gol. Empató Queco y luego encajamos dos más antes que Julián descontara a poco del descanso (3-2).

Clase de baile bajo la lluvia

Caía el diluvio universal, ellos eran más fuertes -tal vez más buenos también-, tenían ventaja en el marcador y nosotros, una vez más, no teníamos cambios. No sé los demás, pero a la media parte, pasaban por mi cabeza -acurrucada al abrigo del toldo que protege el banquillo- tres pensamientos:
  1. cuándo coño se acabaría ese tormento de partido;
  2. cuántos goles nos enchufarían en cuanto empezásemos a acusar el cansancio; y sobre todo...
  3. cómo me quedaría mi recién entrenada media melenita, calada por el agua de la lluvia y cayendo con gentileza sobre la zamarra de Mangecster con el 10 al dorso. Mmmm... ¡lástima que no hubiese cámaras!
La táctica en la segunda parte estaba clara: balonazo arriba y a luchar la segunda jugada. Ellos fueron de listos y se empeñaron en tocar y tocar. Como era de esperar, nuestra estrategia no surtió efecto en los primeros diez minutos, pero para mi sopresa tampoco ellos creaban peligro.

El partido se fue abroncando por obra y gracia de Bogdan, que sacó de quicio a medio equipo contrario con sus comentarios al árbitro. A Queco, que había pasado literalmente de puntillas por la primera parte, lo habían tirado al suelo y estaba empapado. Así las cosas, se puso a jugar en serio.


El partido da un vuelco


Justo es decir que el artífice de la remontada fue Bogdan, que se aprovechó de dos errores defensivos del rival para darle la vuelta al marcador (3-4 y diez minutos por delante). Ellos se volcaron, y fue entonces cuando les matamos. Queco hizo el quinto y el sexto, y Ventanilla redondeó el marcador antes que ellos pudieran descontar. ¡Ale, cracks! 4-7, a rabiar al vestuario y a olernos el culete en la tabla. ¡Pringaos!

Haga sol o truene; ni por fuerza bruta, ni por calidad; en un barrizal o en moqueta. No hay nada ni nadie que pueda con este equipo, que cuenta sus partidos por victorias en 2009.


El 1x1


Pelut: CONTRARIADO. Por alguna razón que sólo él puede explicar, regala el primer gol de cada partido. A veces lo reconoce, pero ante Kempo, se negó a aceptar que había encajado un "gol tonto". Tal vez la pelota hizo un 'estrany' o quizás todos padecemos de estrabismo. En cualquier caso, a un tipo que se pone debajo de los palos bajo un chaparrón no se le puede exigir nada más. Además, hizo una de sus paradas con el pie 'a lo Barru' en un momento decisivo. Bien.

Figuera: CRECIDO. Moran... ¿qué? ¿Borrancho? ¿Morancho? ¿Y ese quién es? No me acuerdo de él. Sólo sé que tenemos un cierre que ni la casa de José Luis Moreno después de que hayan soltado al rumano. No pierde la posición, no se deja superar con facilidad y las más de las veces ni siquiera deja que el rival se gire. Pasa la bola o pasa el jugador. Nunca los dos.

Bertran: ASENTADO. Le van niquelaos los partidos en los que somos justos. Si pasa por el banquillo se pone nervioso o algo y tarda diez minutos en entrar en el partido cuando vuelve a salir...los justos para que le toque descansar de nuevo. En cambio, cuando juega el partido entero, va sobradísimo. Y si encima no se puede rasear el balón, ya se sale.

Tabares: DESQUICIADO. Si en tus primeras siete intervenciones, pierdes los cuatro balones que te llegan y te dejas hacer tres caños seguidos cuando te toca defender...malament rai. Al final será verdad que no hay que decirle nada, porque cuando no se le berrea ha llegado a jugar realmente bien. Será cuestión de intentarlo, pero va a costar lo suyo.

Bogdan: DETERMINANTE. Man of The Match. Hizo en todo momento lo que requería la situación del partido. Su segunda parte fue impecable: primero, con sus chivatazos al colegiado de las protestas del rival en plan 'repelente niño Vicente'; una vez calentada la atmósfera, dos robos, dos goles y el partido patas arriba. Cinco goles en dos partidos confirman que ha recuperado la puntería a base de punshots.

Queco: enDIEZado. Sólo le faltaba la pelambrera para parecer nativo de Chacarita. Como buen pelotero, se sintió incómodo en un campo impracticable, pero en cuanto le empezó a hervir la sangre surgió su casta y su clase para decidir con dos goles de maestro: primero, robo de balón y toque suavecito con el interior al palo contrario...¡búscala que igual llegas!; seguidamente, pared con Ventanilla y para dentro al palo corto, sin ángulo y sin piedad.

Ventanilla: EMBALADO. Su mujer debe estar aún en cuarentena con el tema de parto porque no es normal la energía de este chico. Está como un tiro: rápido y resolutivo. Su único gol del partido fue un dechado de las virtudes que debe atesorar un delantero: buen control de balón, perfecto uso del cuerpo para proteger el balón, giro rápido y chute cruzado a contrapié del portero. Impecable.