dijous, 24 de març del 2011

El ciclo continúa

Dos pasitos hacia atrás para tomar impulso.

Para desgracia de muchos, el fin de ciclo no ha llegado todavía. Mangecster sobrevive en BCN Deportiva. Con algunas caras nuevas, modificaciones tácticas y -por qué no decirlo- menos brillo, pero sin perder el talante ganador: esta temporada, una vez más, campeones de la primera fase y dando guerra en División de honor.

Mangecster 2010/2011

Los cambios en el equipo son profundos. Nos han abandonado tres piezas insustituibles: Pelut, pal de paller en el vestuario y grito de ánimo en el terreno de juego; Morancho, valladar en defensa y punto de apoyo en el inicio del juego; y Bogdan, pesadilla de las defensas rivales por su desborde, sus goles imposibles y sus aspavientos. Adicionalmente, el lesionado de larga duración Julián tiene por delante un proceso de rehab que ni Charlie Sheen, y Fuentes sigue estando sin estar, fiel a su rol de sponsor del equipo.

Como buen club puntero, Mangecster esperó hasta las últimas horas del mercado de fichajes de verano para reforzar la plantilla. Llegaron Pons y Rafa, de cuyas cualidades no sabíamos nada pero tampoco nos importaba porque son de Menorca y en un momento dado siempre podemos okuparles la casa familiar con la excusa de hacer equipo; para paliar la pérdida de Sergi's, se fichó a De Maya, que aunque tiene apellido de aristócrata y pepero, es de Mataró y de ICV; trajo consigo a Castro, previo aviso de su desinterés por la faceta defensiva del juego; por último, Javi Lolo, un viejo conocido, ocupó el puesto de Pelut en la portería -más a lo ancho que a lo largo, todo sea dicho-.

Así las cosas, del Mangecster clásico quedamos Ventanilla, Fuentes, Bertran, Tabares y Queco, y de los fichajes posteriores sólo sigue Jaume, quien a su vez representa el último vestigio de GEC.

We're back!

Al igual que la Champions no empieza de verdad hasta octavos de final, nuestro campeonato no se pone serio hasta que llega la segunda fase. Entre eso y un asuntillo que reclamaba su atención en casa, Queco se perdió toda la primera fase alegando un lesión presuntamente producida en una acción digna de 'Vídeos de Primera'. El resto del equipo se bastó para solventar la aburrida fase preliminar y conquistar un nuevo trofeo para el museo 'Cal Tabares del Besós'.

Como premio, Mangecster fue encuadrado en el grupo de División de Honor en la fase definitiva. En el primer partido, nos enfrentamos a Sorli Discount (la versión kinki de l'Escurçó Negre, aunque sin el gitano cabrón). El equipo con mejores estadísticas de la Liga sólo fue capaz de ganarnos por la mínima (6-5) en el penúltimo minuto, aprovechando uno de los cuatro errores garrafales que tuvimos en defensa y que nos costaron sendos goles.

Y es que aunque nos hemos cambiado el equipaje, algunos no tienen claro que los nuestros son de colorado. Cada vez que nos metían un gol a pase nuestro me acordaba de Bilardo: "¡Me quiero morir! ¡Boludo! ¡Los coloraos son los nuestros! ¡Los C-O-L-O-R-A-O-S!"



El segundo partido aún fue peor: derrota tan clara como merecida contra Universitaris, aka 'Vejestorios Fútbol Club', un equipo cuyas dos únicas armas eran un señor calvo en edad de prejubilación que hacía de cierre y un tipo de 120 kilos que hacía de punta.

En la tercera jornada, por fin, hicimos un partido decente: 8-4 sin el pichichi Rafa y con Ventanilla en fase de recuperación (un eufemismo cualquiera para no decir "cegado cara a gol").

Caixa Sabadell, 2 - Mangecster, 3

Y en éstas, llegamos al partido que nos remite al Mangecster de toda la vida. Ese equipo que no se rinde ante las adversidades, que saca fuerzas de flaqueza cuando van mal dadas, que no se amilana ante el juego duro del rival ni se desorienta por las tropelías arbitrales. El mismo equipo, con otras caras, que le birló una Liga a los semiprofesionales de Prosikitos; que bailó sobre la lluvia con el disfraz de Queens Park Mangecster; y que aplastó a All Blacks (nuestro próximo rival) en el día de nuestro penúltimo título.

El partido pintaba fatal: el portero y Castro fueron bajas de última hora. Por tanto, éramos justos y Tabares se sacrificó por el equipo ocupando el puesto de guardameta. La primera parte fue totalmente nuestra. Ellos se acercaron poco, aunque en la primera ocasión que tuvieron hicieron gol tras superar nuestra línea defensiva con una pared en medio campo. Empatamos rápido a la salida de un saque de esquina: 1-1 al descanso.

En la reanudación, Jaume se lesionó y nos quedamos con uno menos. Variamos a un 2-2-1, con Bertran y Pons aguantando atrás; Queco y Rafa multiplicándose en el centro del campo y Ventanilla fijando a sus dos centrales. Con quince minutos por delante, hicimos el 2-1 en un penalty cometido sobre Queco y horriblemente ejecutado por Rafa, quien a partir de ahora pasa automáticamente al último puesto de la rotación de tiros libres directos. Au! Por ponernos l'ai al cor. Empataron en una jugada desgraciada, pero Mangecster supo aguantar el resultado hasta el final y dar la estocada en el último minuto con el hattrick de Rafa.

1x1:

Tabares: SACRIFICADO. Su cambio de posición fue determinante para ganar el partido. Es triste, pero es así. Con él en el centro del campo hubiera resultado harto improbable detener las acometidas de un rival con superioridad numérica. En cambio, teniendo una zona de influencia acotada al área de portería, su desempeño fue intachable. Poco pudo hacer en los goles y salvó uno a bocajarro. Le debemos un mojito (total, tampoco los pagamos...)

Jaume: REVULSIVO. Mientras estuvo en el campo, jugó con seriedad. Esto es, no cometió errores de bulto. Su lesión dio alas al equipo, que se rebeló ante la adversidad. En la exploración visual que se realizó en el vestuario no se apreció daño ninguno en el empeine de su pie derecho. Si en las próximas fechas se le concede una hipoteca en Caixa Sabadell tendremos motivos para sospechar de tráfico de influencias.

Pons: ROCOSO. El Puyol de Ciutadella (o cercanías) no destaca por su habilidad con el balón en los pies, pero es infranqueable para jugadores de nivel medio, lo cual es una garantía en esta Liga. Además, intimida a árbitros y rivales: cuando grita o protesta nadie entiende un carajo de lo que está diciendo porque parece que hable con una menorquina en la boca... pero como pone cara de chalado, los rivales se achantan y el árbitro no le amonesta porque no tiene ni puñetera idea de qué coño le está diciendo. A falta de destacar en otros aspectos, considerémoslo una virtud.

Bertran: CRECIDO. Con el tiempo, se ha convertido en indiscutible para el equipo. Más que nada, porque no tenemos otros. Aun así, cada vez se muestra más firmes en labores defensivas, y cuando consigue avanzar con el balón sin hacerse la trabanqueta a sí mismo, es capaz de crear peligro. Ayer incluso probó el disparo ¿a portería? un par de veces. Si no llega a ser por la red que delimita el terreno de juego, mata a dos que hacían footing en la Carretera de la Aigues.

Queco: STOPPER. La decadencia no perdona ni a los más grandes. Los problemas físicos nos condenan a conformarnos con una versión empequeñecida de un jugador que ha marcado una época en esta Liga. Aun así, ha sabido reciclarse para ser útil al equipo. Ha pasado de destrozar partido con su desborde y definición a limitarse al achique y la distribución de juego. En cualquier caso, participó decisivamente en los tres goles: fue objeto de un penalty y sirvió dos asistencias

Rafa: EJECUTOR. Cuando fichó por Mangecster nos dijo que jugaba en Regional y nosotros nos lo creímos. Sin embargo, si mi padre le hubiera visto en sus primeros partidos y se le hubiera pedido su valoración -en plan jurado de Operación Truño- hubiese dicho casi literalmente: "corre como un pato mareao y no acaba ni una". Afortunadamente, su rendimiento ha mejorado con creces. Corre mucho y marca muchos goles. Si sigue así y el Madrid acaba la temporada en blanco, igual hasta lo renovamos.

Ventanilla: FARO. No porque nos ilumine con su juego, sino más bien porque está más estático que una jirafa con tortícolis. De momento se lo pasamos porque sale de un lesión, pero de los once chicharros que ha marcado el equipo desde que reapareció ha marcado la friolera de... cero. Es más, su participación en estos once goles se ha limitado a dar palmas, ya sea desde el banquillo o desde el campo. Se exige mejora inmediata o su futuro penderá de un hilo en septiembre