dimarts, 25 de novembre del 2008

Oda (inacabada) a ManGECster

Después de un partido me cuesta dormir. Lo mismo da que haya sido un partido fácil o difícil; bronco o tranquilo; igual si hemos ganado, perdido o empatado; cuando he metido tres, porque los he metido; si he fallado cinco, porque los he fallado. Es curioso, esto no me sucedía antes, cuando en teoría jugaba “en serio”. Supongo que el hecho de jugar de noche tendrá mucho que ver, pero sin duda no es el único motivo.

Cuando empecé a jugar en ManGECster yo acababa de dejar el fútbol amateur. Nunca me gustó entrenar. O mejor dicho, nunca me gustó la idea de ir a entrenar. Una vez estaba en el vestuario, con los amigos, enseguida me entraba el mono de pelota. Lo duro eran los pasos previos: hacerse la bolsa; decirle a los colegas: “hoy no puedo, tengo entreno”; desplazarte hasta el campo; volver a casa muy tarde y muy cansado. Al final, no valía la pena. Total, tampoco me divertía tanto.

Muy poco después de dejarlo, ya estaba como loco por encontrar algún equipo con el que jugar. Monté un equipo de fútbol 7 reciclando amigotes de aquí y de allí, pero aquello sólo duró un año. De GEC fiché a Catany, un crack con tendencia a sufrir lesiones musculares. Por entonces, Pelut y yo ya le habíamos sugerido montar un equipo de empresa a Solache, el tipo de RRHH de la época en la que trabajar en GEC era divertido. Se lo tomó en serio: nos compró las camisetas, se inventó un nombre para el equipo y hasta consiguió que la empresa nos pagara parte de la inscripción. Un gran tipo Solache, el Joan Gamper de ManGECster.

Los inicios

El primer año éramos una auténtica banda: al portero, Carles, lo escogimos por el mero hecho de ser el único medianamente dispuesto a ponerse de portero; la defensa, aún sin Morancho, era una auténtico coladero; la media no existía, era un mero espacio de paso entre una y otra portería: y delante teníamos un OPNI (Obeso Peludo No Identificado), que se las arreglaba como podía.

Ganábamos de vez en cuando, porque a menudo no había rival, pero jugábamos rematadamente mal. Yo me iba a casa muy cabreado, pero no decía nada porque aún no había suficiente confianza como para rajar de los compañeros. Y las pocas veces que lo hacía, el OPNI se enfadaba como un niño al que le quitan la piruleta. Aquel primer año sería, a la postre, nuestra única temporada sin títulos.

ManGECster 2.0

La primera gran mutación de ManGECster llegó la temporada siguiente con la incorporación de Morancho. Un jugador tosco, con pocos recursos técnicos, pero un jugador al fin y al cabo. El resto –quitándome a mí, claro- no eran más que hombres en calzones. Ese año ya hicimos más de un buen partido. Recuerdo especialmente una derrota por la mínima contra Bar Gabino, un equipo hecho y derecho con gente que sabía jugar bastante bien a fútbol. Creo que aquel día fue la primera vez que pensé: “Eps, aquí hay algo parecido a un equipo”. Acabamos la temporada ganando la segunda fase, en la que fuimos el mejor de los peores equipos del campeonato.

[Disclaimer: me avisan por gtalk que me han traicionado los recuerdos. Como su link indica, la derrota contra Bar Gabino fue el primer año, con lo cual rectifico: hubo por lo menos un partido decente de ManGECster ya en el primer año]

El año siguiente también ganamos. No sólo eso: hicimos doblete. Nos habíamos convertido ya en un conjunto medio serio, difícil de batir. Seguíamos sin jugar un pimiento, pero ya se empezaban a ver cositas. Tampoco es que hubiera mucho nivel en el campeonato, pero algún equipillo sí había, como la Unión. Y éramos capaces de ganarles. Además, yo ya tenía ascendencia en el vestuario, y más de uno había aprendido a jugar un poquito. Estábamos preparados para ascender de división.

Salto de calidad

La pasada temporada significó la confirmación de ManGECster como equipo a tener en cuenta. Es más, en un partido épico, le pasamos la mano por la cara a un equipo (Prosikitos) eminentemente superior a nosotros. Contra todo pronóstico, ganamos un campeonato donde había, al menos, tres equipos más -a perte de nosotros- de bastante nivel. Poca broma. El año no terminó muy bien a causa de las lesión del jugador franquicia (yo) y la desidia que hizo mella en el equipo durante toda la segunda fase. Pero aun así, ManGECster dio muestras de su orgullo hasta el final.

La metamorfosis

Y llegamos a la temporada 2008/2009. Hemos cambiado mucho en cinco años. Lo pensaba el otro día al volver de nuestro último partido, que resolvimos sin problemas (12-3) ante CSK, un equipo que llevaba tres victorias en sendos partidos. Los borramos del campo. Y no es que fueran un equipo pésimo. Sólo que ManGECster es, hoy por hoy, muy superior a los equipos mediocres. La semana anterior le habíamos metido otros 12 a Lulu’s, que tenía dos tíos bastante buenos. Es muy probable que ambos equipos nos hubieran ganado años ha, pero a las puertas de 2009 ManGECster es un equipo con cara y ojos, a pesar de lo que digan las crónicas.

Decía al principio que no puedo dormir las noches de partido. Repaso mentalmente lo que hemos hecho mal y lo que no está tan mal. Me pasa siempre, no lo puedo evitar. Pero el otro día, cruzando el túnel de la Rovira, recordaba los partidos contra Bar Gabino, cuando no teníamos otro recurso que encerrarnos en nuestra área y buscar el gol por sorpresa. Ahora no. Perdimos contra Juguem Tots, sí, pero con grandeza. Fuimos superiores, y ellos lo saben. Y cuando nos los volvamos a encontrar en la segunda vuelta, seremos favoritos. Porque somos mejores.

El primer año sólo le metía broncas a Ventanilla, porque al fin y al cabo era el único al que le venía ciertas maneras. Le precedía la fama de goleador en su paso por la UOC, y ciertamente el tío tenía gol. Nada más que eso, pero no nos engañemos, es un detalle importante. Ahora, en cambio, me mosqueo con todos, porque todos me han demostrado que saben hacerlo bien. Y eso, aunque resulte cursi y un poco vanidoso reconocerlo –y más aun escribirlo-, me llena de orgullo.

Y es que mientras daba vueltas en la cama después del partido, me venían a la cabeza las combinaciones, los goles, los contrataques, las jugadas de estrategia y, en definitiva, el control que ejerce ManGECter en casi todos sus partidos. Antes jugábamos como un equipo empequeñecido; hoy, los rivales se empequeñecen ante nosotros. ¿Quién lo hubiera dicho hace cinco años? Yo, que soy el que más sé de esto, no, desde luego. ¡Jugamos a fútbol! Y a veces lo hacemos realmente bien. Por eso esta oda:

1x1: el histórico

Pelut: EL PAL DE PALLER.
ManGECster le debe mucho a Pelut. Para empezar, si no fuera por él, no existiríamos. Fue de los que convenció a Solache. Y no ha sido el único sacrificio que ha hecho por el equipo, ni el más importante. Cuando nos quedamos sin portero, él, que disfrutaba jugando, se ofreció. Eso va mucho con él, pero no por ello debemos dejar de agradecerlo. No sólo eso: ha progresado como portero. Hasta hace poco, paraba las parables y poco más, pero de un tiempo a esta parte, la historia es otra. contra Juguem Tots, salvó tres disparos rasos y angulados con el pie, tres de esos que hace un año hubieran sido tres noooooooo. Y el en el último encuentro hizo una parada realmente buena. Pero no buena para ser Pelut. Buena de verdad. De reflejos, algo que muchos no imaginábamos que tuviera. Lástima que acabara en gol, pero es el sino de Pelut.

Bertran: LA PROGRESIÓN. Si alguien simboliza el crecimiento como equipo de ManGECster, ése es Bertran. Cuando empezó a jugar, era algo así como el homo erectus futbolisticus. Y no lo digo por las melenas, que también. Era malo, muy malo, malísimo. Diríase que no había jugado nunca antes. Ahora no es que sea Maldini, pero cuando le haces un pase atrás no te sientes como si estuvieras entregando tu portero a las FARC: el balón ya no le quema cuando el equipo circula, es una lapa en la marca y además se ha puesto fuerte como una roca: le das un puñetazo en el abdomen y te fracturas los metacarpianos. Ha florecido como las amapolas en primavera.

Jaume: LA COMPETENCIA. En el colegio tenía un protegido. Era una chaval timidote que no gustaba juntarse demasiado con el grupo de los ‘enteraos’, pero aun así era uno de mis favoritos. Me prestaba sus apuntes, siempre impolutos, y me dejaba copiar en los exámenes. Sabía lo que tenía que hacer y lo hacía muy bien. Un tío apocado pero aplicado, que con los años se convirtió en mi amigo, mientras que el grupo de los ‘enteraos” se desintegraba poco a poco. Jaume me recuerda a él: siempre cumple con lo que de él se espera, y no se complica intentando cosas que no le tocan hacer. Es duro, vigoroso y eficaz: la diligencia personificada. Su fichaje ha sido un acierto y en pocos partidos ya ha hecho olvidar al Kaiser. Una de mis debilidades.

Morancho: LA GARANTÍA. Las cosas como son: ManGECster empezó a ser un equipo difícil de ganar cuando llegó Morancho. Antes éramos una banda, un castillo de naipes sin cap de colla. Con él tenemos un seguro de vida, pero no de esos que van en los packs de Lehman Brothers, no. Uno de los que valen dinero. Hasta hace poquito era un valladar en defensa, pero es que este año, además, se está destapando en ataque. Cuenta sus partidos por goles y aun le sobra alguno. Y por si fuera poco, fue el artífice del título del año pasado con dos golazos de estrategia en el partido contra Prosikitos. 

Bogdan: LA MAGIA. El Tamarit de ManGECster. Cuando menos te lo esperas, cuando peor pintan las cosas, se saca un murciélago de la chistera, ya sea una croquetinha, un punterazo a la escuadra o un gol olímpico. Es la fantasía hecha jugador, el muñequito de la PlayStation que se la tira larga por banda y no hay quien le alcance (aunque a veces él tampoco alcance la pelota antes de que salga por la línea de fondo, pero eso es lo de menos). No se esconde en los partidos determinantes y siempre se puede recurrir a él cuando el cansancio apremia, las ideas se agotan y se falta el aire. Es lo que tiene no aplicarse en labores defensivas.

Edu: LA PEGADA. El pipiolo del equipo reúne algunos de los rasgos más característicos del más veterano de los jugadores: la picardía, el poder de intimidación verbal del que ha crecido en la calle, esa panza que mengua su punta de velocidad... Tiene por los menos dos o tres partidos brillantes al año, de esos que le sale cualquier cosa que intenta. Esos días, ante el jolgorio del delegado, lo mete todo p'adentro. Todo menos el vello vaginal de Vanessa, la recepcionista que nos la pone tiesa. ¡Namás faltaría! Tiene probablemente el mejor chute de la plantilla: seco, duro, colocado -no busquen sarcasmo con lo del "chute colocado". Lástima que no pueda prodigarse tanto como quisiéramos en el tiro por poseer una maniobra de ejecución del disparo más larga que las que hacía mi primo cuando se hizo la mili en Melilla. 


Julián: LA TEMPLANZA. Él sí es veterano de verdad, y aporta una serie de cualidades de las que hasta este año carecíamos: el gusto por el toque, la presión en la salida del balón del rival, la pausa,... Ha tenido que venir un murciano a aportar la cuota de seny (léase seni) que le faltaba al equipo. ¡Hay que joderse! Su polivalencia dota de muchas soluciones a ManGECster. Funciona bien de pivote y de carrilero por las dos banda, y también puede jugar detrás. Si Gabri no fuera un jugador infravalorado lo compararía con él, pero para que no se me moleste lo compararé con..., qué sé yo, el Macho Figueroa. No, espera, que era ariete...¿el Tito Pazos? Tampoco, ese era central... mmm, ¿no te vale Tendillo?

Fuentes: EL SEÑUELO. Las malas lenguas dicen que permanece en el equipo porque no se retrasa en el pago de las cuotas y porque sus reiteradas ausencias facilitan la ecuanimidad en el reparto de minutos en cancha. Lo cierto es que Javi no es más que nuestra treta para los rivales que envían ojeadores a espiarnos. A la hora de la verdad, él aparece -tarde- y salta al campo a mostrar sus cualidades, que no son pocas. A menudo nos sorprende con detalles de calidad que nadie es capaz de imaginar que pueda hacer ni en sus sueños, como cuando Puyol se hace un coast to coast de año en año sorteando rivales a base de bicicletas y ruletas. Es una pena que no pueda venir más porque podría servir de acicate para Ventanilla, que tiene poca o ninguna competencia en su puesto.

Ventanilla: LA GUINDA. El encargado de poner el broche de oro al fútbol desplegado por ManGECster. Es un auténtico "Finalizator", el colofón de todas las jugadas: un rematador implacable las más de las veces; algunas otras, esa molesta cereza que te ponen en el pastel de manzana sin otra función que servir de proyectil o de canica para practicar el tute. Fue un OPNI, pero de eso ya hace mucho tiempo. Desde que perdió kilos, ha ganado velocidad, fuerza y, sobre todo, confianza. De un tiempo a esta parte está tan rápido y se siente tan superior a la mayoría de sus marcadores que quiere hacer demasiadas cosas. Es un pecado de soberbia, pero no hay más remedio que perdonárselo ahora que ya no necesita que se le fabriquen todos los goles. Otro que juega mucho mejor ahora que antes de conocerme, mal que le pese.


[Epílogo: No se os ocurra creéroslo todo ¡¿eh?! Lo que se ecribe en este post tiene de cierto lo mismo que el resto de crónicas...Así que nada de autocomplacencia, que ya sabéis a dónde conduce... ¡Al loro! ¡Que no estamos tan bien!]

8 comentaris:

Mazinguer ha dit...

joe pues si soy el joan gamper del mangecster a ver si el torneo de verano 2009 se monta un torneo en mi honor ;-)

Me alegro mucho del éxito internacional de mangecster!

Borja Rius ha dit...

oooooooooooooo!!! no tinc paraules. q gran!! Gallina de piel!!! crec q després de tanta estopa necessitavem un post com aquest!! una bona dosi de peloteo sempre va bé (auguro mal resultat el proper partit ; ) )

per cert falta un jugador...

Edu ha dit...

MENUDA MIERDA DE CRÓNICA!!!

¿Dónde cojones están los insultos?

Además, para coñocimiento de todos la chica de recepción, Vanessa, lo tiene depiladito.

Saludos,

finestreta ha dit...

Edu, tarugo. Es que no es una crónica. Es una oda.

Por una vez que Queco se nos pone tierno, déjalo. Ya vendrán tiempos mejores.... ;-)

Unknown ha dit...

¿y tu?

Queco ha dit...

Yo no salgo, que ya era bueno antes de llegar a Mangecster. De hecho, soy el único que ha empeorado. Mi panza empieza a acechar peligrosamente las Fuentes y Tabares (sénior).

Vendrán tiempos mejores, Ventanilla me tendrá que explicar su secreto...:(

Edu ha dit...

Eh! Ojo con la panza de mi padre que ya está en los 79kg. y bajando...dentro de poco nos pide ficha!

Queco ha dit...

¡Pero qué dices! Si yo peso 78...